2015-10-22

"Orgullo de cantero"


"Conocer de cerca las partes más inaccesibles de la catedral de Tudela permite descubrir rincones y aspectos que desde el suelo no se pueden contemplar. Tocar los capiteles de las inacabables columnas, pasear por las cubiertas, palpar las campanas, tener la visión de las cigüeñas o apreciar el trabajo que hicieron los canteros puliendo y adaptando cada sillar a las medidas de esta joya del primer gótico, no tiene precio. Las firmas de estos artesanos de la piedra unen al visitante del siglo XXI con los constructores del XII en una especie de túnel del tiempo conectado y ayuda a adivinar, desde los tejados, cómo era aquella Tudela de las tres culturas que decidió sepultar la mezquita bajo los cimientos de un nuevo templo a la medida de los conquistadores.

Los Amigos de la Catedral de Tudela quieren que estos aspectos desconocidos del templo estén al alcance de la mano de todos los tudelanos y turistas, previa autorización del Gobierno de Navarra y colocación de las medidas de seguridad oportunas.

Todas las paredes, arcadas, escaleras de caracol, rosetones y pasajes, ocultos a la vista de quienes ven el templo a ras de suelo, guardan una firma, una señal que marca el autor de aquella piedra, que recogió y trabajó hasta darle el tamaño necesario para que cuadrara el enorme puzle de la catedral.

Según algunos expertos, se ha llegado a contar más de 120 firmas distintas en los sillares del templo tudelano sin tener en cuenta las bóvedas y muchas marcas encerradas en el interior del muro, por lo que la cifra se podría triplicar. Durante más de dos siglos (los trabajos comenzaron hacia 1168 y se terminó bien entrado el siglo XIII, aunque algunas cubiertas se concluyeron en el XIV), las logias de canteros firmaron sus obras en la seo tudelana con estrellas, iniciales, dibujos geométricos, jeroglíficos y marcas que ahora resultan indescifrables pero que ayudan a conocer en qué otros templos dejaron huella.

A mitad de la Edad Media, las catedrales se convirtieron en generadoras de riqueza y a su alrededor florecieron constructores que adquirieron relevancia social, pasando de ser un maestro de obras a un intelectual que debía saber de geometría, carpintería y otras artes liberales, convirtiéndose en un oficio reconocido.

En las catedrales existen piedras marcadas y otras sin marcar. Según el historiador Javier Alvarado, esto se debe a que, por un lado, trabajaban canteros contratados a sueldo fijo para las partes menos difíciles, pero para las que implicaban una mayor dificultad “se recurría al destajo, por este sistema se contrataba a más operarios. El cantero grababa su signo y le pagaban en función de las marcas contabilizadas que se apuntaban en el libro de la obra”. Hay que recordar que la unión de maestros canteros propició el nacimiento de gremios y logias, origen, en años posteriores, de los símbolos masónicos.

Algunos de los signos encontrados en Tudela permiten conocer que estos canteros también estuvieron en otras obras coetáneas. La estrella, que se puede ver en la foto de la parte baja de la página, también aparece en la construcción del castillo de Olite y según la autora Sandra Cerro este mismo símbolo hace referencia a una logia masónica en los muros del Monasterio de la Oliva. Otra muesca en Tudela son dos triángulos enfrentados por el vértice, que se encuentra en el Monasterio de Irache, Santa María de Sangüesa, iglesia parroquial de Fitero o San Marco de Uharte Arakil.

Pero además de las firmas, las marcas dejadas en la piedra significaban también borradores de diseños, marcas para el correcto ensamblaje, muescas de transporte o incluso señales de fenómenos astrológicos ocurridos durante la construcción de la obra. Así, sobre la cubierta de una de las naves laterales de la catedral de Tudela se puede ver en los sillares esbozos de círculos elaborados para diseñar una ventana o el rosetón, algo habitual en las grandes obras como sucede en el Monasterio de Fitero. Como afirma Cerro, “no se puede afirmar que sea un enigma resuelto el origen de las marcas de los canteros”.


Un reportaje de Fermín Pérez-Nievas
www.noticiasdenavarra.com
12-10-2015



No hay comentarios:

Publicar un comentario